Una validez predictiva bastante pobre fue aumentando en estos años. Este periodo se puede caracterizar por un rechazo de la noción de inteligencia, como factor unitario estable, y por un consenso emergente respecto a que incluso grandes mejoras en los test existentes no harían que se obtuvieran mejores datos predictivos en poblaciones de niños normales. En estos años la educación y la evaluación de preescolares vivió una expansión gracias a las consecución de presupuestos federales para los preescolares y la educación especial.
Finalmente los conocimientos médicos y psicológicos acerca de la infancia se desarrollaron enormemente. El sintagma del niño competente se convirtió en el lema de la investigación de la conducta humana, desplazando a otras concepciones de criatura pasiva, ineficaz o desorganizada.
Inteligencia fluida e inteligencia cristalizada
Como resultado de los trabajos de Cattell y de Horn se reconoce que existen dos componentes diferentes de la inteligencia. Uno biológico, en gran parte innato, otro, resultado de la experiencia y del medio ambiente. La inteligencia fluida y la cristalizada.
Modelo jerárquico de Vernon
Vernon considero que existía un componente común a todas las aptitudes mentales primarias descritas por Thurstone. A partir de ello describe una jerarquía en donde ocupa el punto más alto y a continuación se encontrarían dos aptitudes básicas:
La verdad educativa.
La espacial mecánica.
Estructura del intelecto de Guilfort
Ha sido muy difundido sin embargo no fue muy aceptado. Mediante el análisis factorial conceptualizó las puntuaciones de los test individuales según:
Los contenidos que presentan
Las operaciones que el individuo debe realizar para resolver exitosamente.
Las producciones que representan la forma en que el examinado concibe la información.